El esposo de Reyna, el comandante Bruno, encuentra el domicilio en donde fue asesinada su esposa. La policía detiene a Andrés Filomeno Mendoza Celis y las evidencias que se encuentran en su domicilio revelan una historia criminal de muchos años. Se empieza a especular que es un asesino serial.
Se descubre que el feminicida era un “buen vecino”. La comunidad queda sorprendida de las acusaciones que se le hacen. Nadie sospechaba de él, ¿cómo pudo engañar a todos en su comunidad durante tantos años y cometer tantos crímenes en total impunidad?
Una investigación periodística de fondo revela todo lo que durante muchos años escondió Andrés dentro de su casa y lo que hacía con los cuerpos de sus víctimas. Los encargados de realizar los trabajos de excavación en el lugar dan testimonio de las atrocidades cometidas por este feminicida y el inconcebible impacto que esto tuvo entre sus vecinos y comunidad. Aparentemente todo inicia a raíz de una película de Hollywood.
Los feminicidios no afectan únicamente a las víctimas y sus familias, también tocan y lastiman profundamente a toda la sociedad. Autoridades, familiares y víctimas se entrelazan en trágicas historias con secuelas psicológicas y sociales que han hecho que, en el Día Internacional de la Mujer, el 8M, las mujeres en México y América Latina salgan a las calles a exigir un alto a la violencia de género y gritar como nunca: ¡Ya basta!
¿Qué provoca la indignación? Un sistema de procuración de justicia roto y la indolencia de la sociedad. El juez que lleva el caso hace una revisión exhaustiva de lo acontecido y emite una fuerte sentencia.
